Arpocrate seduto sul loto anuncia que oculta algo al enunciar su imagen. No vela su primer haber sido en la forma infantil del dios egipcio Horus, pequeño príncipe desnudo en actitud de chuparse un dedo; tampoco oculta su metamorfosis segunda en el Harpokrates griego, con el índice sobre los labios invitando al mutismo, ni acalla al Silencio, a quien personifica y diviniza en los sellos o “jeroglíficos” gnósticos y herméticos de los primeros siglos de la era cristiana.

Harpócrates sobre el loto
Arpocrate seduto sul loto son cuatro palabras que, leídas en italiano y en voz alta, hacen resonar aquel palimpsesto de reminiscencias recónditas y sitúan al lector en el umbral de lo oculto tras la portada, entre sus páginas blancas.

Arpocrate seduto sul loto, 1968, de Walter Marchetti.
El Arpocrate seduto sul loto es un libro de artista publicado en 1968 en Madrid, que se hace presente por su propia objetualidad. Tiene formato apaisado (21,1 cm. alto x 30,1 cm. ancho) y voluminoso grosor (5,1 cm.), y su rotunda pesantez (2100 gr.) contrasta con la ligereza visual del predomino del blanco.

Los títulos de Arpocrate.
Cuaderno de bitácora y guía de navegación a un mismo tiempo, Arpocrate fue compañero de viaje y brújula del artista sonoro y visual Walter Marchetti (n. 1931) por los remotos mares del sur desde los que inventó la zozobra de Zaj junto a Juan Hidalgo. Entre sus páginas discurren partituras de interpretaciones y acciones a realizar o ya realizadas, así como indicaciones de los fundamentos y las condiciones, los modos y las clases de la composición. Con estos materiales, Marchetti, especialista en Eventología, estructuraba el libro a modo de Tratado ofreciendo, como se indica en su segundo título, un ejemplo más de la excelsa capacidad humana para poner orden en la multiplicidad de lo real con minuciosa arbitrariedad: principios básicos de la composición, de su técnica, de los días de la semana favorables para componer, del almacenamiento y tratamiento de las ideas y de los 48 tipos fundamentales de composición.

Fragmento de la partitura de La Caccia (interpretada por primera vez al aire libre en 1965), de Arpocrate.

Principio compositivo de Arpocrate.

Principio compositivo de Arpocrate.
Prontuario paródico, el Arpocrate renuncia a los recursos de índices y numeración necesarios para funcionar como el libro de consulta que dice ser y, análogamente, disuelve la lógica caprichosa de su estructura tratadística, alternando y aleando sus componentes con otros ajenos a ella.

Una “música mental” de Arpocrate.

Una “música mental” de Arpocrate.
Entre esos otros componentes destacan una serie de poemas visuales que, bien evocan y varían imaginarias percepciones acústicas (las “músicas mentales” y “visibles”), bien perfilan esforzados círculos de tamaño cambiante que parecieran intentar en vano contener la superficie o fondo neutro del papel (“el libro de la forma”).

Ejemplo de “el libro de la forma” de Arpocrate.
El espacio en blanco de las hojas se escabulle así del más perfecto redil formal posible, del mismo modo en que el Arpocrate en su conjunto logra burlar a su tercer título, el gran libro de la forma, gracias al asistemático esmero compositivo con que Marchetti mezclara, sin rumbo ni intención, sus heterogéneos materiales de trabajo.
Arpocrate seduto sul loto persevera en su ser múltiple y lúdico. Tras la asepsia de su papel y sus tipos de imprenta, palpita y cruje un conitnuum variado y policromo de resonancias conceptuales y sinestésicas, que se entretejen y deshilvanan sin cesar en el proceso de su lectura. Arpocrate capta, mantiene, entretiene, confunde, bifurca, diversifica, dispersa la atención de quien pasa sus páginas, una detrás de la otra. Una detrás de la otra desordena sus dudas, y dilata sus tiempos y sus lugares, unos en otros. Porque este libro de acción es también una cartografía del extravío, cuya vivencia suspende al lector en un activo silencio interior y trata de liberarle de las coordenadas espacio-temporales impuestas y ajenas a la experiencia. Lo que Apocrate oculta es que nada se oculta tras ella.

De Arpocrate.

Detalle de “De Mururoa a Fangataufa”, de la serie Le secche del tempo, 1999, de Walter Marchetti.)
(Fotos de Arpocrate por Leticia Ortiz de Urbina)